En nuestras Universidades y en la actualidad, muchos médicos siguen utilizando este concepto de que “al niño(a) le duelen las piernas por que están creciendo”.
Siempre que llevamos a
nuestros hijos al doctor por esta causa, profundizamos en los problemas de la
garganta, vías urinarias, etc., pero si no encontramos ninguna causa infecciosa
o de otro tipo, le comunicamos a los padres del menor que “es por que esta creciendo”
por eso le duelen las piernas o los pies durante la noche, al grado de
despertarse llorando durante la madrugada por tal motivo. El galeno hace su
receta inmediata con analgésicos. Los padres, orgullosos del “crecimiento de
sus hijos” salen conformes con esa explicación y ya no se preocupan por hacer
otra valoración médica.
Es entendible, ya que
la mayoría de los médicos, cuando iniciamos nuestra práctica médica o no nos
actualizamos, damos por hecho ese evento de causa efecto. Pasamos por alto
otras causas no orgánicas. Automáticamente, los padres ya saben que hacer en el
próximo episodio de dolor: darle los analgésicos recomendados previamente ya
sin necesidad de ir al médico otra vez. Esto se vuelve un círculo vicioso.
Mientras, la verdadera causa del dolor sigue creciendo con el niño.
Quiero comunicarles
que: el 80% de los niños que me traen a consulta es por esta causa: dolor al
llanto durante la noche, es por que tienen un problema ortopédico importante.
La explicación que les doy a los padres es la siguiente: si su Pediatra o
Médico Familiar ya descartó cualquier otra causa orgánica es muy probable que
su hijo tenga alguna anormalidad ortopédica. A esta sintomatología se acompaña
el cansancio fácil, las caídas o los tropezones frecuentes y la dificultad para
hacer ejercicio. Los episodios nocturnos de dolor al llanto, van precedidos de
una ardua jornada de travesuras durante el día: correr, brincar, patear balón,
posturas anormales al jugar, etc., durante esas actividades, los músculos se
encuentran en constante actividad y aumento de temperatura corporal hasta de un
grado mayor al habitual, que se acentúa por tener alteraciones ortopédicas como
el pie plano, el pie cavo, el genu varo o valgo, etc. Lo peor viene después.
Al
estar el músculo en reposo, durante el sueño, en ocasiones, las corrientes de
aire, que generalmente son frías durante la noche o madrugada, hacen contacto
con la piel del niño e inevitablemente hacia los demás tejidos. El músculo
responde con una contractura aguda o calambre. Esto origina dolor intenso y
como consecuencia: el llanto del niño(a). Se agrega a la explicación los
efectos del ácido láctico producto de la actividad muscular y todos hemos
estado envarados alguna vez. El paciente, no se libra de la producción de este
ácido producto de su actividad muscular durante el día.
Hagamos la prueba del
hielo: pongamos un trozo de hielo sobre una de nuestras piernas, después de
haber hecho ejercicio…la respuesta es obvia: una contractura muscular como
respuesta. Lo mismo pasa con el aire frio que, gradualmente va enfriando los
músculos del paciente. Los calambres tienen otra causa que no es motivo de
comentario en esta información.
De todos es sabido que
las alteraciones ortopédicas originan mayor esfuerzo muscular que el habitual
al caminar o hacer ejercicio.
Al detectar o
diagnosticar los problemas ortopédicos se tratan debidamente y como por arte de
magia…a los pocos días: el dolor desaparece, y el paciente puede seguir
haciendo sus travesuras habituales sin necesidad de analgésicos o desvelarse
durante la noche.
Los mismos pacientes le han denominado al calzado ortopédico
con plantillas: “los zapatitos mágicos” y les pregunto ¿por qué los llaman
así?, me responden: por que ya no me duelen los pies, ya no me canso y tampoco
me caigo. Se sienten más seguros al jugar. Como efecto secundario, se acaban
los desvelos, no hay medicina con efectos secundarios y el rendimiento escolar,
tanto físico como mental, mejora
notablemente.
Dr. JOSÉ CARLOS DÁVILA LEZAMA
Biografía: http://drpiecitos.wix.com/sincirugias