La pregunta más frecuente que me hacen es: ¿A qué edad debe de ser tratado un paciente? Mi respuesta es siempre la misma: a la edad de que alguien se de cuenta que algo esta mal en el niño(a) o en los adultos. Esa respuesta tranquiliza a la mayoría de ellos, sin embargo, al profundizar en el hubiera, muchos se sienten incómodos.
La mejor forma de hacer
algo es diagnosticarle, si tenemos la capacidad de ver lo que otros médicos o
profesionales no ven, iniciaremos un buen proceso.
Un buen diagnóstico es
de normal o anormal, de estos últimos, las complicaciones con que se presenta
el paciente. Primero: le pondremos un nombre genérico a la patología (ejemplo:
genu), después, sus apellidos (genu valgo) y hacia donde va la enfermedad con
sus complicaciones progresivas (genu valgo asimétrico o asimétrico e
incapacitante con o sin gonartrósis) por mencionar un ejemplo.
Es lamentable cuando un
niño se presenta con complicaciones, esto quiere decir que, o nunca fue revisado
por un médico o que el médico no vio el problema como diagnóstico oportuno, no
siendo capaz de haberlo derivado con algún especialista concentrándose solo en
los problemas orgánicos para lo cual si esta capacitado, pasando por alto lo
que nosotros sí podemos ver.
Recordemos que: una
buena recomendación es igual o mejor que una receta médica, sobre todo, habla
de nuestra honestidad profesional al reconocer que otros médicos sí pueden
resolver el problema y que para eso, acudimos a ellos.
En ocasiones le decimos
al paciente que, su problema no tiene solución, no reconocemos que otros
profesionistas si pueden resolver esa u otras patologías. El manejo
multidisciplinario en la actualidad, se ha vuelto una exigencia ética. Yo me
apoyo en muchos profesionistas para tratar a mis pacientes y eso no demerita mi
trabajo.
Lo pragmático de la
acción médica a veces es una mala decisión o recurrimos a la cirugía por que
así nos enseñaron. Es cierto que no todas las patologías se resuelven
quirúrgicamente, pero también es cierto, que no todas deben ser operables.
No objetaremos una
apendicitis, una colecistitis, una fractura expuesta, etc., pero si tenemos
alternativas a lo quirúrgico y más si están científicamente comprobados,
hagamos uso de éstas.
Entonces el diagnóstico
oportuno se debe de hacer a cualquier edad y entre más temprano mejor. De aquí
se deriva nuestro proceder profesional: ¿en qué fase se encuentra nuestro
paciente: preventiva, limitante o resolutiva?
Preventiva, cuando
podemos impedir con nuestros procedimientos a que se presente o complique, es
decir, lo estamos evitando.
Limitante: cuando ya no
podemos prevenir, es decir, la enfermedad ya se manifestó y limitaremos el
daño.
Resolutiva: resolvemos
la patología en su totalidad y éste es nuestro objetivo común. Esta etapa
incluye todas las anteriores, sobre todo, la preventiva.