Seguramente has tenido
esta mala experiencia en alguna de tus piernas, sobre todo si estás
acostumbrado(a) a hacer ejercicios pero…algunas veces sin hacerlos, te
despierta ésta molesta afección muscular en altas horas de la noche o cuando
estas en reposo. Les sucede con frecuencia a personas de la tercera edad. Los calambres son muy frecuentes debido a que su organismo sufre
alteraciones de calcio, magnesio y algunas enzimas; asimismo, es un problema de
hábitos porque muchas personas no toman las cantidades de agua suficientes,
llevan una dieta inadecuada y no realizan actividad física.
En los niños, las causas son también variadas, entre ellas los
trastornos de la tiroides, hipoglicemia por su actividad diaria y las llamadas
neuropatías periféricas. La deshidratación es una de las mayores causas en los
niños, el golpe de calor puede ser acompañada de ésta molesta manifestación
muscular. Las causas más graves son la Tetania, algún coagulo sanguíneo que
obstruya una de las arterias.
En lo personal, mi casuística no es muy nutrida al respecto
pero, siempre que se presenta un paciente con alta frecuencia de episodios de
calambres, lo derivo a la persona indicada ya que es un problema multidisciplinario
y debe de ser protocolizado para su tratamiento. Los signos y síntomas que
provocan los calambres no deben de ser tomados a la ligera ya que estos pueden
ser datos de una enfermedad progresiva.
Para muchas personas “es fácil” tratar los calambres pero, no lo
es cuando les preguntamos el origen de éstos. Recomiendo acudir a su médico y
hacer preguntas insistentes hasta determinar las causas. A veces “una bolita de
nieve causa una gran avalancha”
WILKIPEDIA lo define así: El espasmo
muscular o calambre (del fr. crampe, y este quizá del franco
*kramp; cf. rampa)1 es una contracción
involuntaria de un músculo o grupo de ellos, que
cursa con dolor leve o intenso, y que puede hacer que dichos músculos se
endurezcan o se abulten. Puede darse a causa de una insuficiente oxigenación de
los músculos o por la pérdida de líquidos y sales minerales como consecuencia
de un esfuerzo prolongado, movimientos bruscos o frío. El envenenamiento o
ciertas enfermedades también pueden causar calambres, particularmente en el estómago. Suele mejorar o desaparecer realizando
ejercicios de estiramiento de la zona afectada, descansando y tomando algún
tipo de relajante muscular o antiinflamatorio.
En el caso de las personas que
realizan mucho ejercicio o un ejercicio continuado es recomendable tomar bebidas isotónicas,
que contienen los iones que necesitan los músculos para disminuir la fatiga o
recuperarse antes. Los espasmos producidos en un cuadro de fibromialgia cursan de la misma forma, pero su
recuperación es más lenta y casi siempre suele dejar contractura en la zona
espasmada.
Se debe distinguir el espasmo
de la contractura muscular. Esta última, siendo también un acortamiento
doloroso e involuntario de un músculo, es más duradera (puede llegar a durar de
días hasta meses) y menos dolorosa que un calambre muscular; además, el
alargamiento o masaje no alivia los síntomas.2 Causas posibles de
una contractura son la tensión nerviosa, malas posturas, ejercicio excesivo,
fibromialgia, problemas psicoemocionales, y otras patologías que causan bloqueo
muscular.