El DEPORTE y tu GENÉTICA. Parte
uno.
En la vida diaria existen factores
determinantes para hacer deporte y sobresalir en ellos: la carga genética, el
físico que puede ser leptosómico,
atlético y el pícnico, las habilidades para hacer algún deporte, el gusto
para hacer deporte aunque no se tenga el físico para desarrollarlo y muchos
otros factores más subjetivos que reales.
No hablaré del deporte recreativo que no
tiene nada que ver con el competitivo o profesional que es el que nos ocupará
en este segmento de información.
El objetivo es dar un consejo o
recomendación para seleccionar desde temprana edad, el deporte acorde con las
tendencias de la suma de factores físicos que incluye la carga genética y su
manifestación que denominamos fenotipo.
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Fenotipo
pícnico.
Empezaré con el fenotipo pícnico,
sinónimo de obesidad infantil, que es el menos afortunado para realizar
deportes pero que tampoco los excluye de hacerlo. Los grandes volúmenes de
superficie corporal a expensas de grasa corporal y poco desarrollo muscular
pero con una gran consistencia ósea,
Es quizá el que menos sobresalga en los
premios en los primeros tres lugares en resultados. Se puede tener una gran
capacidad de volumen respiratorio cuando éste se ejercita favorablemente,
tenemos buenos ejemplos populares en el levantamiento de pesas, lanzamiento de
martillo y de bala, en el judo, como defensas en el fut bol americano, el sumo
y en los pesos completos, ocasionalmente en el box, solo por mencionar los más
populares. Es seguro que el lector le pueda agregar algunos otros que se me
escapan a la mente. Es bueno considerarlos como parte de la formación física de
cada persona desde que son niños o niñas, precisamente para combatir los
niveles de obesidad que en muchos países ya es uno de los grandes problemas
como en México, somos el primer lugar en obesidad infantil.
Me imagino un programa de detección
somática a los que tienen esta carga
genética dentro del tamiz metabólico en forma oportuna y dirigirlos para el
desarrollo atlético que es otro de los fenotipos mencionados. Es obvio que
todos los padres quisiéramos tener un campeón o campeona en casa y lo podemos
lograr si somos más selectivos con las tendencias acordes con el físico de
nuestros hijos. Un fenotipo pícnico u obeso difícilmente sobresaldrá en
carreras de velocidad o natación, mucho menos en deportes rápidos como el
básquet bol, fut bol, o alguno que representa
brincar o correr todo el tiempo. Generalmente el individuo pícnico tiene
problemas con sus piernas y arcos plantares, prevalece el Genu valgo y los
arcos insuficientes o planos. El daño articular es importante cuando a pesar
del sobre peso, se insiste en brincar o correr en superficies duras como el
cemento.
Cuando
se hace un deporte no acorde con el fenotipo pícnico, la mente trabaja más que
el cuerpo, es decir, las ganas de llegar a la meta es una fijación emocional
que se traduce en frustración cuando generalmente no se logra. He conocido
ambigüedades en el fenotipo pícnico como manifestación de éstas frustraciones
deportivas. El niño grande, en todos los sentidos, era el que sometía a los más
pequeños pero, ellos mismos, los individuos pícnicos a su vez eran víctimas del
bullying
por su gran masa corporal. El “gordito” de la clase siempre sobresalía por
mucho, pero no por sus habilidades deportivas.
La intención de clasificarlos no es para
segregarlos sino, para mejorar su futuro deportivo. La predisposición a la
obesidad mórbida es alta por lo cual es necesario prevenirla. Podemos hacer de
un individuo pícnico una persona atlética si somos selectivos en los ejercicios
que sí puede hacer. Quizá suene a condicionante para el alumno. “Si quieres
sobresalir en el deporte, debemos de
controlar tu peso. Si no te es posible, tenemos
varias opciones en los deportes ya mencionados”. Observen que somos
incluyentes, al decir TENEMOS es
involucrarnos en su problema de sobre peso. Muchas veces les dejamos solo la
responsabilidad al alumno al decirle que él tiene que dejar de comer y tal
parece que nuestras palabras fueran mágicas o una orden celestial y que
ciegamente lo hará, cuando su metabolismo le dice que coma. O a veces somos más crueles, los segregamos
del resto de los alumnos porque no pueden hacer ejercicio o se cansan
fácilmente: tú no porque te cansas, tú no porque te caes, tú no porque siempre
pierdes o harás el deporte hasta que bajes de peso y dejes de comer tanto. Es
lo que yo llamo bullying inconsciente, ese que segrega, ese que lastima, ese
que frustra, ese que no se ve ni se grava ni se sube a las redes sociales pero
que se hace todos los días sin darnos cuenta cómo, ni en dónde.
La idea de que ya estamos mal con el
tema de la obesidad infantil o fenotipo pícnico, no quiere decir que así
debemos seguir. Propongo entonces:
Uno)
dentro del tamiz ortopédico que tiene un límite de edad, que es hasta los cinco años, se prolongue a
todos los años de educación primaria.
Dos) preparar más a nuestros médicos
escolares en la detección oportuna de la obesidad o individuos pícnicos, por
medio del fenotipo de nuestros alumnos.
Tres) facilitar a todos los auxiliares
de la detección oportuna, principalmente a los profesores, los incentivos y
medios necesarios para realizar éstas acciones de detección oportuna en el
tamiz ortopédico.
Cuatro) involucrar a los medios de
difusión masiva en éste importante tema para que la población en general genere
una conciencia en la detección oportuna en el tema de la obesidad infantil.
Cinco) hacer participe en programas de
salud al sector de salud nacional.
Son algunas de mis propuestas.
Como siempre, espero sus comentarios y
dudas en mis correos personales: drpiecitos2013@gmail.com o el
alternativo: drpiecitos@outlook.com
Con gusto habré de responderles.