Las tres etapas del método de alineación corporal sin cirugías.
El método lo he
clasificado en tres etapas importantes donde cada una de ellas es
complementaria, sin estas tres etapas realizadas, no podremos ofrecer un buen
pronóstico al paciente. Las tres etapas son: Reblandecimiento, Alineación y
Reforzamiento articular.
Reblandecimiento articular.
Todas las
articulaciones, son susceptibles de ser modificadas por su gran plasticidad y
respuesta a nuestras terapias tradicionales, son reguladas por los elementos
anatómicos de cada articulación y el estado físico de éstas. Las articulaciones
tiene fases de desarrollo embrionario, maduración y crecimiento al que le sigue
las etapas secundarias por el uso de éstas: deformación, desgaste, etc., las
lesiones pueden ser congénitas, adquiridas o hereditarias
Por lo anterior, las
articulaciones pueden ser sometidas a: tracción, rotación, distención,
endurecimiento, adhesión, separación, alineación, etc. Nuestro trabajo consiste
en el reblandecimiento de una articulación mal alineada o adherida.
Los métodos que se
utilizan son bien aplicados por los Licenciados en Rehabilitación,
Kinesiólogos, Podólogos, por lo tanto no redundaré en lo que ya se domina.
Mi trabajo consiste en
complementar las terapias de los rehabilitadores y es el de provocar el efecto
de reblandecimiento durante una hora mínimo al día durante cuatro a seis meses
que dura la primera etapa de reblandecimiento. En el resto del día, me apoyo
con ortesis dinámicas de alineación (zapatos, plantillas, virones, etc.).
Me he encontrado con
criterios pragmáticos para el tratamiento de algunas enfermedades del aparato
músculo esquelético, es decir, no permiten ir más allá de lo aprendido en los
libros o en el aula limitando con ello, nuestros recursos terapéuticos.
Recomiendo no ser pragmático con este método y alternar en nuestro paciente,
los múltiples recursos científicos con que contamos, a fin de cuentas, el
objetivo es el mismo: la mejor calidad de vida del paciente y nuestra
eficiencia terapéutica…nuestra mejor carta de presentación.
En este método,
tomaremos como modelo de articulación el de la rodilla por ser ésta la más
representativa en mi trabajo y por la gran diversidad de patologías que la
acompañan. Estoy seguro que, si aprenden a alinear las rodillas, las demás
articulaciones serán más fáciles para ustedes.
En el caso de la
articulación de las rodillas, en el genu valgo, específicamente en los niños,
el reblandecimiento es sencillo por encontrarse en etapas de crecimiento y
maduración, no importando el grado de genu valgo, no hay articulación que no se
enderece. Sometiendo a la articulación en una tensión contraria, simétrica y en
forma continua por espacio de una hora o más, logramos el reblandecimiento
gradual, constante y sostenido. He diseñado un aparato de genu valgo, muy
diferente a los tradicionales. Los resultados son magníficos. El aparato bien
utilizado cumple con el 90% del trabajo de reblandecimiento y alineación de las
rodillas.
El siguiente paso
corresponde al del calzado adecuado, éste complementa al 100% el tratamiento
ortésico en su etapa dinámica. Lo que reblandecemos en la noche en el día lo
alineamos. Lo de la noche, es por suponer que es más fácil para el paciente ya
que se encuentra en proceso de relajación o dormido, facilitando los medios de
distracción para evitar que el paciente se concentre en el aparato. Es bien
tolerado por los niños.
Las medidas de
reblandecimiento articular van acompañadas por terapias indicadas por el
rehabilitador a criterio profesional cuando él participa en el proceso.
Citaremos a nuestro
paciente cada 15 a 21 días, valoraremos su avance. Observaremos resultados
sorprendentes en los primeros 45 días de haber iniciado el tratamiento.
Alineación articular.
Esta segunda etapa,
precedida del reblandecimiento, puede durar de cuatro a seis semanas. Nos
encontramos ya con la articulación fácilmente movible en el caso de las
rodillas, hacia la línea media. Los espacios articulares son simétricos en el
sentido horizontal, pero aún tienden a regresar al ángulo externo o interno anormal
de la articulación fácilmente.
En el genu valgo, los
espacios articulares están cerrados en su ángulo partiendo el vértice en la
región externa de la articulación de la rodilla y abierta en la cara interna.
Puede o no ser en las dos rodillas. Este defecto se acentúa más en el paciente
con gonartrósis.
En los niños en
crecimiento, no se puede identificar radiológicamente con facilidad este
defecto ya que sus articulaciones están en desarrollo y maduración. Solo se
expresarán en los casos muy severos como la enfermedad de Blunt, por lo tanto,
nos debemos de concentrar en el resultado de la clínica del paciente.
No hay articulación que
no pueda ser alineada, esto se logra gradualmente y con fuerzas contrarias a la
deformación. La plasticidad de las articulaciones es tal que, siempre tienden a
volver a su alineación fisiológica si somos persistentes, metódicos y si
contamos con la autorización del paciente o sus familiares.
Esta fase se
complementa con higiene postural estático y dinámico. Yo lo complemento con
plantillas supinadoras generalmente dotadas de un virón corrido interno o
externo desde la punta hasta el talón y de cinco a ocho milímetros de espesor,
lo que facilita al paciente, alinear sus piernas a la hora de caminar o estar
de pie con los tobillos juntos. Lograr que cada paso que da el paciente se
vuelva terapéutico.
Una persona, de acuerdo
a su estatura y edad, en un periodo de ocho a 12 horas, da alrededor de cinco a
10 mil pasos, más si su trabajo es desplazarse de un lugar a otro o si practica
algún ejercicio como correr. Yo aprovecho esta situación, para colocarle los
elementos alineadores necesarios durante su rutina laboral o de ejercicios.
Si sumo los efectos de
reblandecimiento y alineación articular en el periodo comprendido de cuatro a
ocho meses, puedo pasar a la siguiente fase.
Reforzamiento articular.
En esta fase, ya
logrando las anteriores, el procedimiento se vuelve rutinario: higiene
postural, estático y dinámico, también le denomino: consolidación o maduración
articular. Esta se desarrolla de cuatro a seis meses de duración y se prolonga
para el resto de la vida del paciente. “Lo que bien se aprende…jamás se olvida”
ya que los hábitos del paciente deben de ser magníficos en cuanto a la higiene
postural, dinámica y estática. Es imposible pensar que en las anteriores
etapas, el paciente no haya aprendido las disciplinas posturales, la buena
dinámica de marcha y sobre todo, el cuidado y el uso del calzado adecuado.
El reforzamiento
articular consiste en mantener los efectos alineatorios de las articulaciones.
Nos seguiremos apoyando en las dos etapas anteriores pero ya con menos
frecuencia. No olvidemos que las articulaciones, por su uso, pueden ser
susceptibles de ser alteradas si recaemos en una mala higiene postural, es más
fácil quitar un defecto alineatorio que una mala costumbre.
En esta etapa,
vigilaremos al paciente ya con menor frecuencia que las anteriores, puede ser
una vez cada seis meses o cada año, donde vigilaremos que no existan recidivas
de su padecimiento anterior o al menos, que no haya aumentado su problema.
Recordemos que: las tres etapas juntas ofrecen al paciente un beneficio
superior al 80%. Acordémonos de los beneficios clínicos: prevención, limitación
o curación del problema ortopédico, misma que va a depender de la edad del
paciente y el tiempo en que ha padecido su enfermedad.
Nuestro cerebro
registra las posturas tradicionales al acostarnos, al sentarnos, al estar de
pie, incluso al caminar y a la hora de brincar reforzándolo a lo largo de los
años. Debemos hacer énfasis en la corrección de las malas posturas ya que trae
como consecuencia, deformación en las piernas, problemas circulatorios en los
sitios de presión con sus efectos hipotróficos musculares y de los demás
tejidos, torsiones de los huesos, inestabilidad de las articulaciones.
No olvidemos que las
posturas anormales por más de cinco minutos varias veces al día y durante meses
o años, interactúan con la plasticidad de nuestro esqueleto. Si de por sí, hay
manifestaciones ortopédicas heredadas y congénitas, las adquiridas por malas
posturas agravan sus procesos deformativos.