Debemos diferenciar bien el
diagnóstico entre pies aductos y pie equino varo ya que es mas fácil corregir
los primeros.
Desde el punto de vista
anatómico son muy diferentes ya que los pies aductos generalmente son producto
de una compresión intrauterina entre los pies del producto antes de nacer.
Todos los elementos óseos en formación están completos pero mal acomodados
producto de esa compresión. Si este defecto alineatorio permanece por mucho
tiempo después del nacimiento, los elementos óseos y tejido conectivo adyacente
se desarrollan y crecen anormalmente en la forma tan característica en la que
generalmente los observamos.
Lo ideal en tratar estas
entidades patológicas de los pies es hacer el diagnóstico preciso antes de que
el paciente empiece a caminar o apoyar sus pies
Una gran ayuda representaría
el apoyo y la precisión diagnóstica del médico de primer contacto y el recién
nacido en cuanto al protocolo de detección oportuna que incluye las displasias
de cadera junto con el tamiz metabólico que ya se utiliza por el sector salud.
Es lamentable cuando nos
encontramos con pacientes en que ya observamos las fibrósis de apoyo en la región maleolar
externa producto de un constante roce al intentar ponerlos en decúbito supino o
pararlos sobre sus extremidades mal alineadas iniciando con esta postura el
fortalecimiento del defecto de los tejidos articulares que involucran a la
articulación de los tobillos y los huesos propios de ambos pies.
Invariablemente, afecta deformando
la zona de los talones donde se involucra en forma muy acentuada el crecimiento
del tendón de Aquiles ocasionando con esto que el paciente no pueda apoyar la
totalidad de la planta de los pies y si mayormente en la zona metatarsal
provocando que el paciente tenga una gran inestabilidad y como consecuencia que
inicie su deambulación en forma tardía y cuando la inicie, será en rotación
interna en forma grave.
Debemos insistir en la
prevención en todos los sentidos, ser altamente eficaces en el diagnóstico
inicial sin confiarnos en las estadísticas y mencionar que “por lo pronto es
normal” hasta que el paciente empiece a caminar.
Una evaluación radiológica, la
interconsulta con profesionales expertos en ortopedia o malformaciones
congénitas, ahorrará a los padres de estos pacientes muchas angustias producto
de lo que representa en los niños con pies aductos o equino varo.
El manejo suele ser
conservador en un principio con los métodos tradicionales si no existe otra
alternativa. Al respecto he propuesto un método diferente pero sin yesos y sin férulas de polipropileno.
Sin estigmatizar los yesos, cuando no se tiene otra
opción es mejor a no hacer nada por el paciente mientras se integra a algo mas
actualizado en tratamiento.
Las férulas de polipropileno
por lo regular son térmicas y deshidratan el tejido circundante haciendo que
los tejidos se atrofien. Un ejemplo que doy, es el de que al utilizar un yeso
por ocho semanas al retirarlo, observamos que hay disminución en el diámetro de
los tejidos pareciendo un miembro más delgado que el otro. A este efecto le he
denominado atrofiante que involucra también a los grupos musculares necesarios
en la deambulación de los pacientes.
Por esa razón y por los
efectos abrasivos del yeso sobre la piel de los lactantes y niños mayores,
difiero de hacer uso de ellos y omitir su uso con una técnica alternativa.
El profesional será el que decida, junto con los
familiares del paciente las tres opciones que se manejan en el tratamiento de
ésta patología y que son: Uno) la quirúrgica, dos) el método tradicional o tres)
Alineación corporal sin cirugías sin omitir explicar a detalle cada una de
ellas.