Este relato es
característico del paciente que padece “espolón calcáneo”. Se forma una
prominencia ósea en la base de los huesos calcáneos. Esta puede ser incipiente o de
gran tamaño. Puede ser uni o bilateral. Pueden aparecer estas prominencias a lo
largo de la inserción del tendón de Aquiles. También pueden estar presentes más
de uno, en el mismo talón.
Al efecto secundario de esta lesión, se le denomina
fascitis plantar como nombre genérico y se debe de hacer diagnóstico
diferencial con un protocolo radiológico, como el de la fotografía. La orden debe de pedirse así: radiografía de
ambos talones en proyección lateral. Si tenemos alguna duda, solicitaremos
otras proyecciones oblicuas.
El manejo es simple: si no optamos por la cirugía.
Un zapato de altura de tacones de cuatro a un cm de suela. Cómodo, amplio y
adaptamos una plantilla con una “dona” o almohadilla en la base del talón,
siempre debe de ser a la medida del paciente y dándole las descargas en
supinación o pronación de acuerdo al tipo de pie que tengan los pacientes. Los
elementos de las plantillas o taloneras, siempre van acompañadas de estos
elementos o virones corridos ya sea interno o externo, barra o botón
metatarsal. Yo no recomiendo las prefabricadas ya que estas, no vienen
diseñadas a la forma de las descargas del pie de los pacientes. Las de gel, se
aplastan fácilmente.
He llegado a
desaparecer el espolón calcáneo, si el paciente tiene paciencia y disciplina,
en menos de 18 meses, las prominencias óseas, al dejar de estar estimuladas por
la fricción del talón, detienen su crecimiento y se incluyen otra vez a la
periferia del calcáneo. Si tomamos en cuenta que: uno de los factores que
origina el espolón calcáneo es las descargas anormales del pie, generalmente en
supinación y varo de talones, los tacones altos tipo zapatillas, disminuyen la
longitud del tendón Aquileo hasta más o menos cinco cms, y al querer utilizar
tacones bajos, hay una distención forzada del tendón. En los sitios de
inserción del calcáneo, se presenta un desprendimiento de periostio en la
región más inferior, provocando espolones atípicos o combinados con los
inferiores. La fricción atípica del talón se proyecta hasta los tejidos blandos
llegando al periostio del hueso calcáneo. Se produce una inflamación periférica
al hueso, aumentando la temperatura por fricción y ésta, la
multiplicación de los osteoblastos que regenera el sitio de la lesión, formando
espinas óseas que dan lugar a los espolones u osteofitos.
Promoviendo la
normalidad de la marcha y ejercicio de elasticidad para el tendón de Aquiles
por el Fisioterapeuta, evitamos lo anterior, haciendo que cada paso que de el
paciente, se vuelva terapéutico y libre de fricciones.
Una vigilancia continua
por nosotros cada 30 días y el control radiológico cada seis meses, nos indicarán
el avance sobre la desaparición o no del espolón calcáneo.
Los cambios de las
plantillas con modificaciones graduales del elemento de altura en menor
graduación, manteniendo los efectos de alineación y “dona”, se deben de hacer
cada 30 o 45 días.
Una plantilla o
talonera no funciona, si ésta se encuentra en malas condiciones.