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martes, 11 de febrero de 2014

ESPOLÓN CALCÁNEO...esa molesta espinita.






Después de estar mucho tiempo sentada(o), al levantarme, siento un dolor intenso como un  punzón que se me entierra en los talones, me impide volver a caminar. Con dificultad lo hago y después de un buen rato el dolor se calma.” 

Este relato es característico del paciente que padece “espolón calcáneo”. Se forma una prominencia ósea en la base de los huesos calcáneos. Esta puede ser incipiente o de gran tamaño. Puede ser uni o bilateral. Pueden aparecer estas prominencias a lo largo de la inserción del tendón de Aquiles. También pueden estar presentes más de uno, en el mismo talón. 
Al efecto secundario de esta lesión, se le denomina fascitis plantar como nombre genérico y se debe de hacer diagnóstico diferencial con un protocolo radiológico, como el de la fotografía. La orden debe de pedirse así: radiografía de ambos talones en proyección lateral. Si tenemos alguna duda, solicitaremos otras proyecciones oblicuas. 
El manejo es simple: si no optamos por la cirugía. Un zapato de altura de tacones de cuatro a un cm de suela. Cómodo, amplio y adaptamos una plantilla con una “dona” o almohadilla en la base del talón, siempre debe de ser a la medida del paciente y dándole las descargas en supinación o pronación de acuerdo al tipo de pie que tengan los pacientes. Los elementos de las plantillas o taloneras, siempre van acompañadas de estos elementos o virones corridos ya sea interno o externo, barra o botón metatarsal. Yo no recomiendo las prefabricadas ya que estas, no vienen diseñadas a la forma de las descargas del pie de los pacientes. Las de gel, se aplastan fácilmente.
He llegado a desaparecer el espolón calcáneo, si el paciente tiene paciencia y disciplina, en menos de 18 meses, las prominencias óseas, al dejar de estar estimuladas por la fricción del talón, detienen su crecimiento y se incluyen otra vez a la periferia del calcáneo. Si tomamos en cuenta que: uno de los factores que origina el espolón calcáneo es las descargas anormales del pie, generalmente en supinación y varo de talones, los tacones altos tipo zapatillas, disminuyen la longitud del tendón Aquileo hasta más o menos cinco cms, y al querer utilizar tacones bajos, hay una distención forzada del tendón. En los sitios de inserción del calcáneo, se presenta un desprendimiento de periostio en la región más inferior, provocando espolones atípicos o combinados con los inferiores. La fricción atípica del talón se proyecta hasta los tejidos blandos llegando al periostio del hueso calcáneo. Se produce una inflamación periférica al hueso, aumentando la temperatura por fricción y ésta, la multiplicación de los osteoblastos que regenera el sitio de la lesión, formando espinas óseas que dan lugar a los espolones u osteofitos.
Promoviendo la normalidad de la marcha y ejercicio de elasticidad para el tendón de Aquiles por el Fisioterapeuta, evitamos lo anterior, haciendo que cada paso que de el paciente, se vuelva terapéutico y libre de fricciones.
Una vigilancia continua por nosotros cada 30 días y el control radiológico cada seis meses, nos indicarán el avance sobre la desaparición o no del espolón calcáneo.
Los cambios de las plantillas con modificaciones graduales del elemento de altura en menor graduación, manteniendo los efectos de alineación y “dona”, se deben de hacer cada 30 o 45 días.
Una plantilla o talonera no funciona, si ésta se encuentra en malas condiciones.


Dr. JOSÉ CARLOS DÁVILA LEZAMA

Biografía: http://drpiecitos.wix.com/sincirugias