INTRODUCCIÓN.
A lo largo de 20 años,
he acudido a las escuelas de mi municipio y de varias ciudades de la república
mexicana, he impartido pláticas a los profesores y a los padres de familia y
revisado a alrededor de diez mil escolapios de todas las edades.
He podido clasificar en
cada una de las edades comprendidas para cada institución, les advierto que no
es el mismo protocolo para todas las escuelas sin embargo, trataré de generalizar
para no hacer esto embromoso y tedioso para los lectores interesados.
Seré objetivo y breve y
altamente directo y sobre todo, selectivo para lo que me interesa que deben de
aprender. Es verdad que habrá casos muy específicos y algunas veces personales
por lo que dejo abierto mi buzón de preguntas en el correo correspondiente: drpiecitos2013@gmail.com o el
alternativo: drpiecitos@outlook.com
y en cualquiera de los dos habré de estar atento a sus dudas y deben armarse de
paciencia para que en su momento yo les pueda contestar personalmente.
LA
REGLA de ORO.
Es importante ante todo
solicitar permiso a los Padres de familia o Tutores antes de revisar
específicamente a cada niño o niña. Sin este requisito es inútil intentar algo.
Una vez adquirido el permiso, revisar al niño(a) en presencia de familiares.
Podemos dar una plática
previa a los padres de familia de lo que pretendemos hacer con sus hijos y cuál
será el objetivo de nuestro análisis.
OBJETIVO.
Revisar determinado
número de alumnos y alumnas de la institución para DETECTAR no TRATAR alteraciones ortopédicas.
Recordemos que no son
médicos muchas veces las personas que revisan a los alumnos, puede ser el
profesor, asistente del profesor, a veces los mismos padres de familia, etc. Cuando
se tiene un servicio médico escolar, sería bueno asignar este trabajo del
Doctor encargado del servicio médico.
También es importante
ser COMUNICATIVO de los resultados
en forma directa con los padres de los alumnos a los que se les ha detectado un
problema. A veces solo se queda en el expediente y el Padre de familia no lo
llega a conocer por varias razones. No solo eso, se le debe de dar seguimiento
en cuanto a la confirmación del problema detectado por un médico y ser
insistente para su tratamiento. De nada sirve detectar, informar y explicar si
no se le da tratamiento y seguimiento al problema detectado en los alumnos.
Debemos evitar “HACER RECOMENDACIONES” personalizadas
de que acudan a tal o cualquier lugar en específico. Cada familia tiene su
médico de confianza o la institución del sector salud que le corresponda, por
lo tanto, una vez detectado el problema debemos comunicarles a los padres de
nuestras percepciones y de la probabilidad de que su hijo tenga o no el
problema ortopédico. Recordemos, es el médico el que debe certificar nuestra
sospecha. No se sientan mal, si lo que percibimos resulta ser una falsa alarma,
al contrario, el agradecimiento de los Padres de Familia siempre es evidente en
la mayoría de los casos aunque sea una falsa alarma.
Cuando yo les doy una
plática a los profesores de lo que buscamos en los alumnos en lo referente a
los problemas ortopédico más comunes, es difícil dar una falsa alarma a los
padres de familia. Los resultados siempre son objetivos y no subjetivos. Para tal
fin, ya les comentaré de las formas de dar testimoniales específicos con equipos
muy sencillos. Es confortable intercambiar lenguajes comunes entre nosotros los
médicos, los profesores y padres de familia. Un ejemplo: “doctor, fíjese que
tengo un alumno que le detecté un problema de Genu valgo y creo que ya tiene
desproporción de sus piernas”.
Hacer estadísticas es
importante, registrar nuestro trabajo en forma gráfica si fuera posible, es
como si estuviéramos haciendo una tesis con cada uno de los ciclos escolares.
Cuando voy a revisar a
los escolares, les pido que asistan en short, arriba de las rodillas, hagan una
fila en su patio de recreo o cancha deportiva. Les solicito que hagan la prueba
de la marcha y que caminen en línea recta, los hallazgos son increíbles, un
gran porcentaje de niños(as), tienen una gran deficiencia en la coordinación de
su marcha. Posteriormente hago un examen más personalizado en cada niño, los
resultados se los hago saber a sus profesores y ellos a los padres de familia.
Esta incoordinación,
les impide hacer ejercicio correctamente, ya que se tropiezan, caen o pierden
el equilibrio. Les advierto que se arma un gran espectáculo para ellos mismos y
el desorden se generaliza. La prueba es muy simple y con resultados muy
sorprendentes. Los invito a que la lleven a cabo en las escuelas de sus hijos o
sus amigos.
Debemos evitar, al
hacer la prueba, manifestar señalamientos o risas directas al hacer las
gesticulaciones. El niño(a), puede creer que nos estamos burlando de sus
actitudes de marcha y se rehusará a repetirlo.
Sean pues bienvenidos a
este breve pero sustancial protocolo ortopédico que espero, se vuelva un factor
común en todas las escuelas a nivel nacional e internacional.
Antes de iniciar el
capítulo uno, los invito a leer el blog: sincirugiasenlinea.blogspot.com ya que
es indispensable que se vayan familiarizando con lo que más adelante comentaré.